Samuel Langhorne Clemens
Más conocido como Mark Twain
Podría ser el propietario de Siemens
Pero es de los mejores escritores que hay
O mejor dicho, que ha habido en la historia
Ya que falleció en 1910
Dejando tras de sí la memoria
De sus obras desde casi su niñez
A sus 12 años comenzó a escribir
Cuando por desgracia su padre falleció
A orillas del Mississippi pasó a ser piloto
Y gracias a Dios la cosa fue a mejor
Poco tardó en llamar la atención
Con “La célebre rana saltarina del condado de Calaveras”
Una fórmula humorística que llegó al corazón
Y que marcó el comienzo de una nueva era
Conoció cara a cara su vocación
Y por el camino algún que otro presidente, vamos, como
cualquiera
Pero tal como vino la fama, el dinero se esfumó
Un prodigio en literatura, pero nefasto para la moneda
Vino al mundo a lomos del cometa Halley
Iluminando con su verborrea nuestras mentes
Se fue con él unos cuantos años más tarde
Haciéndonos dudar de la existencia de extraterrestres
Para mí que incluso era buena gente este hombre
Que llegó a la cumbre gracias a dos grandes aventuras
Tom Sawyer y Huckleberry Finn a hombros
Del padre de la literatura... estadounidense
Sin lugar a dudas un tipo bastante peculiar
Que más allá de su faceta artística
Nos dejó una enseñanza que no debemos olvidar