No reparo en sentarme a perder el
tiempo. Miro mi reflejo y parece perfecto en silencio, dos pequeños espejos
que congelan el mundo y prenden una llamarada imparable que se extiende de un
pequeño lugar de mi corazón al resto de mi cuerpo. Siento, tan solo siento
cuando te miro y me veo, cuando sé que me miras y te ves reflejada del mismo
modo en mis pupilas, que se dilatan como una rosa que florece. Los olores y los colores van de un lado para otro como pequeños ruiseñores cantando bajo el cielo. Parece primavera, pero es invierno.
Me siento en silencio y tan solo te observo cuando podría estar dándote ahora
mismo un beso. No te acercas y yo no me acerco. Tú te alejas y yo te observo.